Cómo influyó el fenómeno del Niño en la intensificación del huracán Otis en México
En las últimas horas, México fue testigo del devastador paso de Otis, un huracán de categoría 5 que golpeó al Pacífico del país y dejó al menos 27 personas muertas en Acapulco.
El fenómeno meteorológico se estrelló en la ciudad turística con vientos sostenidos de 270 kilómetros por hora, rompiendo ventanas, arrancando árboles y cortando en gran medida las comunicaciones y conexiones viales con la región.
Al respecto, el programa Ángulo de NTN24 dialogó con Albert Martínez, meteorólogo senior en The Weather Channel; José Luis Rodríguez, doctor en oceanografía física e investigador, y Daniel Castro, doctor en desarrollo sostenible, sobre dicho fenómeno natural, la influencia del cambio climático, el fenómeno del Niño y otros factores que tienen relación con los huracanes.
Para Daniel Castro, el paso de Otis por México se entiende como una forma de preparación ante los fenómenos naturales. “Buena parte de la población, particularmente en Latinoamérica y aquellas poblaciones denominadas vulnerables, no están preparadas para sobrepasar estos fenómenos naturales”, dijo.
Otis, que pasó de huracán de categoría 1 a 5 en pocas horas, sorprendió a los expertos y al Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien se movilizó a la zona afectada.
Ante esto, el investigador José Luis Rodríguez señaló que esta región del planeta se caracteriza por ser muy activa en ciclones tropicales. No obstante, indicó que “Otis fue un caso muy particular”.
“En este caso hubo un área de poca actividad atmosférica en niveles muy altos de la atmósfera que permitieron que creciera rápido este ciclón tropical (…) Además, de tener temperaturas altas en la superficie del océano, eso ayudó bastante (…) el Fenómeno del Niño ha ayudado mucho a que se intensificara este fenómeno”, agregó.
A su turno, el meteorólogo Albert Martínez argumentó que el Fenómeno del Niño se ha intensificado en los últimos años. “Justamente significa un agua más caliente en las costas del continente americano que hace que las tormentas tengan combustible a su disposición para intensificarse tan de prisa”, argumentó.
“Estaba el agua a 90º Fahrenheit que son unos 32 o 33 grados Celsius”, añadió Martínez sobre la intensificación de Otis en tan poco tiempo.