La falta de agua tiene al Canal de Panamá ad portas de una crisis.
En las últimas horas, las autoridades panameñas anunciaron la extensión por un año de las restricciones para el paso de buques debido a la escasez de agua que ha causado el atasco de varias embarcaciones.
Desde el 30 de julio se ha limitado a 32, de los 38 habituales, el número de buques que pueden transitar diariamente por el canal. Hoy, al menos 134 buques se encuentran a la espera para poder cruzar.
La sequía ha provocado la disminución de agua en las reservas de los dos lagos artificiales que abastecen la infraestructura de paso interoceánico. Actualmente esas reservas se encuentran en su nivel más bajo de los últimos siete años. Este problema ha obligado también a reducir la carga que pueden transportar los buques, afectando al comercio.
En esta infraestructura que une los océanos Atlántico y Pacífico confluyen 180 rutas marítimas que llegan, tras su paso, a 1.920 puertos en 170 países.
La sequía ahora y sus consecuencias, puede tener un impacto preocupante en las cadenas de suministros globales. Según datos de Bloomberg, alrededor de 500 millones de toneladas atraviesan anualmente el istmo, y los retrasos ahora podrían obligar a los cargadores a buscar rutas alternativas.
¿Cuán grave es la situación?
Lina Vega, doctora en Derecho Público y periodista, ofreció una entrevista en Cuestión de Poder de NTN24.