Dos meses claves en medio de una reñida contienda política en Ecuador, señalan analistas internacionales
Para la analista política Grace Jiménez las elecciones del domingo 9 de febrero han sido una de las primeras vueltas más reñidas en la historia “desde el regreso de la democracia en su país”. Aseguró, que existe un correísmo liderado por Luisa González, que por primera vez desde el 2017, que ganó Rafael Correa, “saca un porcentaje alto, del 44.17% rompiendo un techo electoral y al mismo tiempo, está un presidente-candidato que de alguna forma ha logrado construir un liderazgo, quien ha logrado solventar algunas necesidades que tiene la población, pero que todavía sigue en proceso de construcción.
“Aún en el Ecuador sigue existiendo una crisis política, una crisis institucional, hoy con esta elección donde los dos candidatos tienen más del 90%, se genera, se reconfigura una crisis de partidos dejando a los partidos tradicionales”; agregó.
El director de la organización internacional FUNDAMEDIOS César Ricaurte, considera que en la actualidad el presidente-candidato ha logrado construir una base política considerable y gracias a ello a obtenido la votación del domingo. Pero, al mismo tiempo, afirmó que “se está viendo en Ecuador son dos antis, el anticorreismo VS, el antinoboísmo”, esa es la votación. Agregó, que antes de estas elecciones en el país se veía una extremada polarización, pero lo que está observándose hoy es prácticamente un empate técnico.
Aseguró que el presidente Novoa ha logrado en este año en el ejercicio de la base política, una votación que se manifiesta en un poco más del 44% pero también en una votación “antinoboísma”, lo que aglutina al correísmo en este momento.
“Siempre en las anteriores elecciones había el correísmo y el anticorreísmo, hoy es antis y antis”, indicó.
El politólogo César Ulloa Tapia afirmó que ambos candidatos han logrado aumentar su techo electoral. Además, también ha quedado en evidencia, según el experto, que el correísmo nunca ha estado de salida y por el contrario ha demostrado que sigue siendo una fuerza política contundente instalada durante 20 años en el país.
Señala que esta última elección refleja un correísmo y un anticorreísmo, pero que aún falta mucho por ver de aquí al próximo 13 de abril, en medio de algunas problemáticas como inseguridad, crisis económica y la conformación de una asamblea que es clave para sacar adelante las iniciativas de quienes en el momento ostentan a la presidencia.