El huracán Erin se intensifica a tormenta de categoría 4 a medida que se acerca al Caribe
Este sábado, el huracán Erin se fortaleció hasta convertirse en tormenta de categoría 4 a medida que avanzaba hacia el Caribe.
Por ello, los funcionarios meteorológicos advirtieron sobre posibles inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) sostuvo en su último balance que “los vientos máximos sostenidos de la tormenta habían aumentado a 145 millas (230 kilómetros) por hora a las 8:00 am (1200 GMT), convirtiéndola en un huracán de gran magnitud”.
Erin, el primer huracán de la temporada atlántica de este año, se localizó a unas 120 millas (195 kilómetros) al noreste de Anguila, en el norte de las Islas de Sotavento, un área que incluye las Islas Vírgenes Estadounidenses y Británicas.
Al respecto, el NHC comunicó: "Erin es un huracán de categoría 4 en la escala de vientos huracanados de Saffir-Simpson".
"Se espera un fortalecimiento rápido y continuo hoy, seguido de fluctuaciones en la intensidad durante el fin de semana", sostiene el reporte.
Las alertas de tormenta tropical seguían vigentes para St Martin, St Barthelemy y Sint Maarten. Se espera que el centro del huracán se mueva durante el fin de semana justo al norte del norte de las Islas de Sotavento, las Islas Vírgenes y Puerto Rico.
NHC indica, a su vez, que la tormenta podría inundar las islas con hasta seis pulgadas (15 centímetros) de lluvia en áreas aisladas.
“Las olas generadas por Erin afectarán partes del norte de las Islas de Sotavento, las Islas Vírgenes, Puerto Rico, La Española y las Islas Turcas y Caicos durante el fin de semana”, detalla el NHC.
“Esas olas se extenderán a las Bahamas, Bermudas y la costa este de Estados Unidos a principios de la próxima semana, creando "corrientes de resaca potencialmente mortales", acota.
Se espera que la temporada de huracanes en el Atlántico, que va desde junio hasta finales de noviembre, sea más intensa de lo normal, predicen los meteorólogos estadounidenses.
Varias tormentas poderosas causaron estragos en la región el año pasado, incluido el huracán Helene, que mató a más de 200 personas en el sureste de Estados Unidos.
Un huracán se forma sobre aguas oceánicas cálidas, generalmente en los trópicos, cuando una serie de condiciones se combinan para crear un sistema de baja presión que gira y se intensifica.
El proceso comienza con tormentas eléctricas que se desarrollan sobre el océano. El aire cálido y húmedo de estas tormentas se eleva, creando una zona de baja presión en la superficie.
Este aire ascendente se enfría y se condensa, liberando calor y fortaleciendo aún más la tormenta. La rotación de la Tierra hace que el aire gire en espiral hacia el centro de baja presión, formando un vórtice.
En ese sentido, si los vientos alcanzan velocidades de 119 km/h o más, la tormenta se considera un huracán.