Este 24 de mayo, transcurrido un año de la masacre en una escuela primaria de Uvalde, en el estado de Texas, donde 21 personas perdieron la vida, entre ellos 19 niños y dos maestras, las heridas siguen cicatrizando para las familias de las víctimas.
Este hecho, sin duda, marca un antes y un después para una comunidad que con esfuerzo intenta salir adelante.
La masacre en la escuela Robb es considerado el tercer ataque más mortal producido en una escuela en los Estados Unidos.
El programa La Tarde de NTN24 dialogó con Luis Samudio, detective retirado del departamento de Policía de Phoenix, Arizona, y voluntario de la organización Padres y Parientes víctimas del crimen.
“En este caso hubo varias agencias que tuvieron que responder y para coordinar todo bien entre los oficiales, quizas puede ser complicado”, sostuvo.
Además, señaló que la organización de la que hace parte ayuda a la población hispana, que no sabe cómo actuar cuando son víctimas.
“Una persona que sufre un trauma se ve afectado en varios modos”, subrayó.
Sobre el control de armas en Estados Unidos, aseguró que existe peligro cuando no hay control de armas.
“No se sabe cómo una persona puede obtener un arma tan fácil”, indicó.