Ecuador ha sido escenario de alrededor de 10 casos de justicia por mano propia en menos de una semana, actos que se han vuelto frecuentes en la ciudad de Cuenca donde las autoridades y dirigentes barriales se encuentran en alerta ante el aumento de violencia y linchamientos que podrían salirse de control.
Otros casos se han registrado en Guamote, provincia de Chimborazo, donde un sujeto, al que la comunidad acusó de extorsionador, fue torturado y luego quemado este último fin de semana.
Asimismo, en la ciudad de La Maná, provincia de Cotopaxi, una turba quemó vivo a un hombre e hirió de gravedad a otros dos acusados de extorsionar negocios.
Hay quienes justifican esta barbarie con indignación ciudadana, desconfianza en la justicia e inoperancia de la Policía. No obstante, es evidente que hay una necesidad urgente de que el Estado vuelva a imponer orden y respeto en el país.
Al respecto, el programa Ángulo de NTN24 dialogó con María Dolores Miño, máster en derecho internacional; Pablo Encalada, abogado litigante con maestría en derecho penal, y María Fernanda Noboa, doctora en relaciones internacionales, experta en seguridad, defensa y prospectiva estratégica, sobre las implicaciones de estos actos.
Para Miño, se trata de un fenómeno preocupante porque evidencia la creciente ausencia del Estado en ciertas regiones del país.
“Esto evidencia que cada vez menos la ciudadanía confía en la efectividad de los órganos de Poder Público, tanto en la función judicial, pero también la Policía (...) ante esa inactividad del Estado se tiene que tomar justicia por mano propia”, afirmó.
A su turno, el abogado Pablo Encalada señaló que la ciudadanía se encuentra bajo una sensación de indefensión. “Lo cierto es que nos ha explotado en los últimos tiempos y no sabemos cómo responder”, dijo.
Finalmente, María Fernanda Noboa aseveró que “la única obligación del Estado es proteger al ciudadano en materia de seguridad”.