Familia de Miguel Uribe pidió que ni el presidente Petro ni ningún miembro de su gabinete asistiera a su funeral
Este miércoles 13 de agosto se celebraron las honras fúnebres del precandidato presidencial colombiano Miguel Uribe Turbay, quien fue asesinado tras recibir impactos de bala en la cabeza y posteriormente durar dos meses internado en la Fundación Santa Fe hasta el 11 de agosto, día en el que falleció.
A la ceremonia del último adiós asistieron diferentes personalidades de la política colombiana excepto el presidente del país, Gustavo Petro, y los miembros de su gabinete que, de acuerdo con el ministro del Interior, se abstuvieron a ir por petición de la misma familia.
El ministro Armando Benedetti, a través de un video que publicó en sus redes sociales, explicó que el mandatario había preguntado a la familia de Miguel Uribe si no habría inconveniente en asistir a la misa en nombre del precandidato presidencial y que, luego de pensarlo detenidamente, ellos decidieron que lo mejor era que no fuera ni él ni los integrantes de su gobierno.
“Desde el día lunes he tenido comunicación con miembros de la familia de Miguel Uribe y allegados, ayer le expresé el interés del presidente de asistir a las honras fúnebres a lo cual la familia, después de haberlo pensado, decidieron que ni el presidente ni el gobierno estuvieran presentes. Seguimos orando por Miguel”, aseveró Benedetti.
La vicepresidenta Francia Márquez también se pronunció al respecto mandando condolencias a la familia y respetando la decisión: “Desde la Vicepresidencia de Colombia, acompaño con solidaridad y respeto el dolor que hoy embarga a sus seres queridos, deseándoles fortaleza en este difícil momento. Hago un llamado al país a unirnos, a mantener la esperanza y a trabajar juntos por la reconciliación y la paz”.
Desde el martes, miles de personas despiden al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe, fallecido la víspera tras sufrir un atentado que lo mantuvo grave y en cuidados intensivos durante dos meses.
El magnicidio del opositor sacude la campaña hacia las elecciones presidenciales de 2026 y revive los fantasmas de la violencia política que detuvo a disparos las aspiraciones presidenciales de cinco candidatos en el siglo XX.