Incendios en edificios públicos, bloqueos de carreteras, y el cierre de algunas escuelas y comercios es el saldo de la décima jornada de manifestaciones.
Millones de personas han salido a las calles de distintas ciudades a protestar luego de que el Ejecutivo forzará por decreto la impopular reforma pensional propuesta por el presidente Emmanuel Macron, sin tener en cuenta el criterio y aprobación de la oposición de izquierda y de los sindicatos.
La reforma busca retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42 como hasta ahora) para cobrar una pensión completa.
La iniciativa, presentada por el gobierno de Macron, ha causado indignación entre la clase trabajadora desde el pasado mes enero.
Según las autoridades, un total de 1,08 millones de manifestantes han marchado en Francia.
Los disturbios e incidentes entre manifestantes y las fuerzas de seguridad se han sentido en decenas de ciudades de Francia, de Lille (norte) a Toulouse (sur), pasando por Rennes (oeste) o Lyon (este), pero de menor intensidad.
Por ahora, los sindicatos no tiran la toalla y a ellos se han unido los jóvenes, mucho más numerosos en las últimas dos jornadas de protesta.
Los sindicatos llamaron de nuevo a manifestarse el jueves 6 de abril.