Gobierno británico anunció que indemnizará a las personas afectadas por el escándalo de transfusiones con sangre contaminada
Este martes se conoció que el Gobierno británico anunció en el Parlamento su plan para compensar a las víctimas del escándalo de transfusiones con sangre contaminada, indicando que los primeros afectados serán indemnizados íntegramente a finales de año.
Esto luego de la publicación de un informe en el que se condenaba a las autoridades por este escándalo, que dejó entre las décadas de 1970 y 1990 alrededor de 3.000 muertos, el primer ministro conservador, Rishi Sunak, presentó sus disculpas oficiales y prometió una "completa compensación" para las víctimas.
"Quiero pedir disculpas de todo corazón e inequívocamente por esta terrible injusticia", dijo el primer ministro conservador, prometiendo pagar "lo que cueste" para compensar a los afectados y a las familias de los que fallecieron.
Miles de personas que padecían hemofilia o habían sido sometidas a operaciones quirúrgicas se contaminaron en aquella época con hepatitis C y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), después de transfusiones de sangre.
Al detallar el sistema de indemnizaciones ante los diputados, el secretario de Estado John Glen, pagador general, anunció que las compensaciones comenzarían "antes de fin de año".
Glen informó que el gobierno procederá a nuevos pagos provisionales de 210.000 libras (266.000 dólares) y reconoció que las víctimas "mueren cada semana" y pueden temer no ser indemnizadas a tiempo.
En 2017, el gobierno británico, entonces dirigido por la conservadora Theresa May, decidió abrir esta investigación pública para ofrecer transparencia sobre esta tragedia, calificada como "el peor desastre médico" en la historia del NHS.
En 2022 un informe ya había pedido a las autoridades que pagaran una indemnización inmediata a las víctimas, sin esperar al final de las investigaciones.
Algunas víctimas ya recibieron una primera indemnización de 100.000 libras (127.000 dólares) en 2022, tras la publicación de un primer informe.
Los allegados de las víctimas que cuidaron a un ser querido infectado también podrán recibir indemnizaciones, dijo el Secretario de Estado. El coste total no ha sido revelado, pero la prensa británica habla de una dotación de 10.000 millones de libras (12.700 millones de libras).
Debido a la escasez de sangre, el servicio público de salud, el NHS (National Health Service), recurrió en aquella época a proveedores estadounidenses que pagaban a sus donantes, entre los que se encontraban presos y miembros de otros grupos con un riesgo importante de infección.
"La magnitud de lo ocurrido es espantosa”, describió el lunes una investigación pública independiente de más de 2.500 páginas, que recorre miles de testimonios y documentos que prueban que "la verdad estuvo oculta durante décadas".
Este escándalo, en el que miles de personas quedaron infectadas por hepatitis C y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), después de recibir transfusiones de sangre, "podría haberse evitado en gran medida", afirma el exjuez Brian Langstaff, que dirigió el informe, de siete años de trabajo.
“La magnitud de lo ocurrido es espantosa”, describe en esta investigación de más de 2.500 páginas que recorre miles de testimonios y documentos que prueban que "la verdad estuvo oculta durante décadas".
Brian Langstaff señala sobre todo la responsabilidad de los sucesivos gobiernos por tardar en actuar cuando surgió el escándalo y por haber asegurado erróneamente en varias ocasiones que los pacientes habían recibido el mejor tratamiento.