"Hay una tendencia a que la Iglesia tenga el mínimo de presencia en Nicaragua": Portavoz de la Compañía de Jesús en Centroamérica
En Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega confisca los bienes de los jesuitas en el país después de disolver la orden religiosa.
Entre ellos se cuentan las instalaciones de la Universidad Centroamericana, además de otros centros religiosos y residenciales que regentan y habitan los miembros de la congregación.
Tras la decisión, el Provincial de la región de la Compañía de Jesús condenó la agresión y denunció la represión a la que están siendo sometidos sus integrantes, una persecución que describió como crimen de lesa humanidad.
La disolución de la Compañía de Jesús en Nicaragua es el último capítulo de la persecución del gobierno de Daniel Ortega contra voces opositoras en general y, en los últimos tiempos, la Iglesia católica en particular.
El régimen acusa a obispos, sacerdotes y otros religiosos católicos de alimentar la oposición contra el gobierno desde 2018, cuando comenzaron las protestas tras los hechos del 18 de abril de ese año.
Desde entonces, el régimen ha clausurado emisoras, ha cerrado canales de televisión, ha expulsado miembros de la jerarquía de la Iglesia católica –entre ellos al nuncio apostólico–, y ha anulado la personalidad jurídica de otras organizaciones como la Asociación de las Misioneras de la Caridad.
Y seguramente el momento más crítico se produjo hace unos meses cuando el gobierno encarceló a monseñor Rolando Álvarez, a quien acusó de traición.
¿Qué impacto tiene esta decisión contra la Compañía de Jesús?
José María Tojeira, sacerdote jesuita y el portavoz de la Compañía de Jesús en Centroamérica, habló sobre las recientes acciones de Daniel Ortega contra la entidad que representa y la Iglesia católica en general.
“Hay una tendencia a que la Iglesia tenga el mínimo de presencia social en Nicaragua y han ido destruyendo todo lo que han podido”, expresó Tojeira.
El portavoz expresó que la Compañía de Jesús ha recibido las decisiones de Ortega con indignación.
“A nosotros nos ha impactado e indignado. Estábamos en una actitud muy crítica al Gobierno de Nicaragua por toda la persecución a la Iglesia. Nos habían eliminado hace algún tiempo una ONG”, afirmó sobre el momento en que se da la confiscación y disolución de la personería jurídica de la Compañía.
Consideró la persecución contra la Iglesia como “grave” y anunció que se emprenderá “una demanda en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”.