"La migración irregular es hija de las tinieblas": canciller de Panamá al analizar desplazamiento de venezolanos por su país
El canciller de Panamá, Javier Martínez-Acha Vásquez, realizó este lunes una fuerte reflexión sobre la crítica situación de los migrantes venezolanos que circulan por la peligrosa selva del Darién en su camino para llegar hacia Estados Unidos.
El político panameño aseguró que espera que personas, de otras partes de la región, no tengan que huir de sus problemas para vivir en democracia, como implícitamente consideró que no sucede con los venezolanos.
"Lastimosamente, hay un país (Venezuela) que representa más del 60% del flujo migratorio irregular por Panamá que no está respetando las decisiones tomadas por su pueblo”, afirmó Martínez-Acha Vásquez.
El canciller de Panamá también aseveró que abordar la situación migratoria de Venezuela “es difícil, pero no imposible”.
“La migración irregular es hija de las tinieblas”, sentenció. Además, mencionó “que espera que nunca nuestros ciudadanos tengan que huir de nuestro país porque no encuentren las condiciones para vivir en libertad y democracia”.
Estas palabras se dan luego de que Colombia, Estados Unidos y Panamá firmaran compromisos para atender la crisis migratoria de los venezolanos que atraviesan la selva fronteriza del Darién como parte de las políticas que "contribuyen a una gestión coordinada de la migración irregular".
El gobierno colombiano había evitado hasta ahora apoyar medidas restrictivas en la peligrosa selva limítrofe, como el cierre de algunos pasos o las deportaciones de migrantes que comenzaron la semana pasada desde Panamá.
Tras una reunión en la ciudad de Cartagena (norte), en una declaración conjunta, los tres gobiernos reconocieron una "responsabilidad compartida" en la gestión del éxodo que se desplaza hacia Estados Unidos y destacaron su "larga historia de colaboración" en la materia.
"Panamá ha aumentado la capacidad para el programa de repatriación (...) Estos esfuerzos en la región, junto con los de Estados Unidos, contribuyen a una gestión coordinada de la migración irregular", señala el comunicado de los cancilleres de Colombia, Luis Gilberto Murillo; de Panamá, Javier Martínez-Acha, y el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas.
Murillo había abogado previamente por "salidas más humanitarias" para los migrantes y aseguró que el gobierno de Colombia "no estaría de acuerdo con cierre de fronteras y menos obviamente la frontera del Darién".
La última semana, Panamá ha deportado a unos 60 colombianos, al aplicar por primera vez un acuerdo sobre migración suscrito con Estados Unidos en julio.
Ese mes, el país centroamericano cerró tres pasos fronterizos en el Darién, una de las promesas de campaña del nuevo presidente panameño, José Raúl Mulino.
En una rueda de prensa este lunes, Murillo destacó que esta cooperación con EE. UU. y Panamá "ha tenido resultados notables", como la regularización de 2,5 millones de migrantes venezolanos en Colombia, el mayor receptor del éxodo.
El Darién es una selva de 575.000 hectáreas de superficie que se ha convertido en ruta de miles de migrantes, rumbo a Estados Unidos, pese a los numerosos riesgos naturales y de seguridad que enfrentan.
Más de 230.000 migrantes han hecho esa travesía en lo que va del año y en 2023 pasaron más de 520.000, según cifras oficiales panameñas.
Mulino suscribió un acuerdo migratorio con Estados Unidos, mediante el cual Washington se comprometió a financiar con seis millones de dólares la deportación desde Panamá de migrantes que crucen el Darién.
El domingo, el Ministerio de Seguridad de Panamá detalló que en 2023 pasaron por el Darién 153.226 migrantes venezolanos, 14.659 colombianos, 14.569 ecuatorianos, 12.067 ciudadanos de origen chino, 11.224 haitianos y 25.330 de otras nacionalidades.