“La ruptura de las relaciones de Nicaragua con el Vaticano es un salto al abismo”: Arturo McFields, exembajador ante OEA
En Nicaragua, el régimen de Ortega-Murillo anuncia la suspensión de las relaciones diplomáticas con El Vaticano.
En un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, el régimen nicaragüense hizo pública su decisión tras las recientes declaraciones del Papa Francisco, quien, en una entrevista, calificó al régimen como una “dictadura grosera”.
Francisco, cuyo pontificado acaba de cumplir 10 años, dijo textualmente que “con mucho respeto” no le queda otra que pensar en un “desequilibrio de la persona que dirige” el país.
En los últimos meses, la represión y persecución en Nicaragua contra sacerdotes y religiosos católicos en general ha aumentado: además del la detención o encarcelamiento de algunas voces religiosas en el país, entre ellas la del conocido obispo de la diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez, el régimen ha prohibido concentraciones de carácter religioso, como las de las procesiones de Semana Santa.
Las declaraciones de Francisco han sido aplaudidas por algunas voces en el exilio de organizaciones sociales o incluso católicas.
El obispo auxiliar destacó de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, quien se encuentra fuera de Nicaragua desde hace cuatro años por decisión del papa por motivos de seguridad, sacó la descripción de Francisco y fue más allá, tildando al régimen de “dictadura de desequilibrados , vulgar y anacrónica, al estilo hitleriano y comunista" (son sus palabras textuales).
¿Qué implica “suspender” las relaciones con otros países? ¿Qué consecuencia tiene esta escalada del régimen de Ortega con la Iglesia católica?
Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante el Consejo Permanente de la OEA, ofreció una entrevista en Cuestión de Poder de NTN24.