Lo que fue noticia en enero de 2024: Bernardo Arévalo asume en Guatemala en medio de fuertes tensiones políticas, entre otros hechos
El inicio del año 2024 trajo cambios significativos para Guatemala en el ámbito político. El protagonismo estuvo centrado en Bernardo Arévalo, quien asumió su cargo como presidente el 15 de enero, no sin antes lidiar con una de las transiciones más conflictivas en la historia reciente del país.
Arévalo, identificado por su postura anticorrupción y su mensaje reformista, logró capturar el apoyo del 61% del electorado en el balotaje, venciendo a la veterana política Sandra Torres.
Sin embargo, su camino hacia la presidencia estuvo repleto de obstáculos. Tras vencer en las elecciones, Arévalo enfrentó un boicot judicial encabezado por partidos de derecha y, notablemente, por la fiscal Consuelo Porras.
Las acciones legales buscaban impedir que Arévalo tomara posesión, amparándose en alegadas irregularidades electorales. Arévalo denunció estos intentos como un golpe de Estado para truncar su ascenso al poder y desmantelar su partido, Semilla.
La comunidad internacional reaccionó rápidamente, criticando las maniobras del Ministerio Público e instando a que se respetara la voluntad popular. La intervención de la Corte Constitucional fue crucial al ordenar que se garantizara la juramentación de Arévalo.
La tensión llegó a su clímax el día de la toma de posesión, cuando las deliberaciones en un Congreso dominado por la oposición retrasaron la ceremonia por más de nueve horas.
El Congreso, custodiado por un fuerte contingente policial, se convirtió en escenario de choques esporádicos entre ciudadanos y fuerzas del orden. Este clima complicado obligó a diferentes jefes de Estado, como el rey de España y los presidentes de Paraguay y Chile, a abandonar el país antes de la ceremonia, marcando una ceremonia poco ortodoxa por ausencias significativas.
En su discurso de investidura, Arévalo reinvindicó su compromiso con el pueblo guatemalteco: "Asumo el desafío que me han encomendado. Me comprometo a trabajar con dedicación y honestidad y transparencia siempre", declaró.
En enero de 2024, la polémica también tocó a Nicaragua, donde el obispo Rolando Álvarez, preso por "traición a la patria", fue liberado junto a otros 17 religiosos, y enviados al Vaticano tras gestiones directas del papa Francisco y presiones internacionales.
Con estas acciones, enero de 2024 se posicionó como un mes crucial para definiciones políticas en América Latina, bajo la mirada del mundo observante respecto a los cambios que se avecinan en la región.