El Parlamento israelí aprobó hoy, de forma preliminar, dos nuevos proyectos de ley con los que el gobierno de Benjamín Netanyahu quiere reformar el sistema judicial del país.
De aprobarse la reforma judicial, los jueces del Tribunal Supremo serían elegidos por el Ejecutivo y las decisiones de la corte podrían ser anuladas en el Parlamento.
Según los críticos del Gobierno, la reforma, al pretender reducir la influencia del Poder Judicial en beneficio del poder político, amenaza el carácter democrático del Estado de Israel.
Netanyahu, con su ministro de Justicia, Yariv Levin, defienden el proyecto y dicen que es necesario para restablecer un equilibrio de poderes entre los representantes elegidos y el Tribunal Supremo, que el primer ministro y sus aliados consideran politizado y muy liberal.
¿Está en riesgo la separación de poderes y la independencia judicial en Israel, la considerada única democracia de Oriente Medio?
Moisés Garduño, catedrático, especialista en Estudios Árabes e Islámicos Contemporáneos, ofreció una entrevista en Cuestión de Poder de NTN24.