Policía de Panamá mató a presuntos ladrones de migrantes en selva del Darién

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Policía de Panamá mató a presuntos ladrones de migrantes en selva del Darién

Foto de referencia de la Policía fronteriza de Panamá (AFP)
Según el Senafront, los agentes "neutralizaron a dos delincuentes que formaban parte de un grupo dedicado a cometer robos con arma de fuego contra migrantes".

La Policía del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá mató a dos personas que presuntamente se dedicaban a robar a los migrantes que atraviesan la selva del Darién.

Según el Senafront, los agentes "neutralizaron a dos delincuentes que formaban parte de un grupo dedicado a cometer robos con arma de fuego contra migrantes".

El primer muerto se produjo tras un enfrentamiento entre los uniformados y un grupo de personas que iban armadas en las cercanías de la localidad de Tres Bocas, en la comarca indígena Emberá Wounaan.

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Los uniformados se encontraban buscando a los autores de un robo a migrantes, cuando al divisar a varias personas "armadas" dieron la voz de alto, momento en el que los sospechosos abrieron fuego contra los policías.

"En el enfrentamiento resultó neutralizado uno de los delincuentes, un hombre con rasgos indígenas que portaba un rifle calibre 22 con cañón recortado", afirmó el Senafront.

Tras esto, los agentes escucharon gritos de auxilio por parte de otro grupo de personas, lo que provocó "un segundo enfrentamiento donde se neutralizó a otro delincuente que portaba una escopeta calibre 16".

La selva del Darién, también conocida como Tapón del Darién, en la frontera con Colombia, se ha convertido en un corredor para los migrantes que buscan el sueño americano en Estados Unidos.

Además de los grupos delincuenciales, los migrantes también enfrentan ríos caudalosos, animales salvajes, según denuncias de organizaciones internacionales.

En 2023, más de 520.000 personas cruzaron el Darién, según cifras oficiales panameñas.

Por su parte, este año ya lo han hecho 241.000 migrantes, de los cuales dos tercios son venezolanos.

En los últimos meses el gobierno panameño ha cerrado varios caminos por la selva, lo que ha obligado a los migrantes a usar "corredores humanitarios" controlados y vigilados por la policía.

Asimismo, el gobierno panameño, en cabeza del presidente José Raúl Mulino, se alió con Estados Unidos para aumentar las deportaciones de personas que han cruzado la jungla.


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