Pulso de Rusia con Occidente tras acuerdo que fija tope al precio de su petróleo
El viernes pasado, los 27 países de la Unión Europea (UE), el G7 y Australia acordaron imponer un precio máximo de 60 dólares al barril de petróleo proveniente de Rusia, una medida que buscaría privar a Moscú de una importante fuente de financiación en la guerra con Ucrania.
El tope de precios se acordó previamente a nivel político entre la UE y el G7, integrado por Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, Francia, Alemania, Japón y Canadá, asimismo, se integró al acuerdo Australia.
La medida entrará en vigor con un embargo de la Unión Europea sobre el crudo ruso a partir del próximo lunes 5 de diciembre.
Así las cosas, el embargo impedirá los envíos de crudo ruso en buques cisterna al conglomerado de la UE, que representa dos tercios de las importaciones, lo que reduciría las arcas de Rusia para la guerra en miles de millones de euros.
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El G7 aseguró que con esta decisión cumple su promesa de "evitar que Rusia obtenga ganancias de su guerra agresiva contra Ucrania, apoyar la estabilidad en los mercados energéticos mundiales y minimizar los efectos económicos negativos de la guerra de Rusia".
Este sábado, Ucrania se pronunció y auguró que el tope de precios al petróleo decidido por las potencias occidentales hundirá a Rusia, y llamó a la población a "aguantar" las privaciones impuestas por los bombardeos contra sus centrales energéticas.
Andriy Yermak, jefe de gabinete presidencial en Kiev, señaló que “la economía de Rusia será destruida y deberá asumir la responsabilidad de todos sus crímenes".
Por su parte, Rusia reafirmó que "no aceptará" la imposición de un precio máximo a su petróleo decidido por las potencias occidentales para limitar los medios financieros de su ofensiva en Ucrania.
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Así lo dio a conocer el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, quien declaró en medios rusos que "no aceptaran ese tope", agregando que Moscú estaba "analizando" la medida.
La noticia surge en momentos de rápido enfriamiento de las temperaturas por la llegada del invierno boreal en esta zona de conflicto.
Los bombardeos rusos de las últimas semanas contra distintas infraestructuras energéticas de Ucrania privaron a millones de familias de luz, agua y calefacción.