Perú se prepara para la tercera 'Toma de Lima', una marcha de protesta prevista para este 19 de julio en la capital del país y en la que se espera que asistan, al menos, 13.000 personas.
La iniciativa es parte de la respuesta de una porción de la sociedad que rechaza al Gobierno de Dina Boluarte, el Congreso y que pide la liberación del depuesto presidente Pedro Castillo.
La concentración llega luego de unas semanas de relativa calma en el país tras los hechos violentos que sacudieron a Perú entre diciembre del año pasado y febrero de este, cuando Boluarte hace tan solo unos días reveló que no tenía intención de adelantar las elecciones y que su voluntad era la de completar el periodo presidencial que termina en 2026.
Para hacer frente a esta marcha y otras que se puedan convocar, el Gobierno está impulsando un proyecto de ley que contempla elevar los delitos en estado de emergencia y que se espera que sea debatido en el Congreso.
El Ministerio del Interior ha desplegado 24.000 policías en la capital para evitar el ingreso de personas, según este, vinculadas a organizaciones delictivas en el contexto de las protestas.
Alberto Borea, abogado constitucionalista, exsenador y exembajador del Perú ante la Organización de Estados Americanos, habló sobre el tema en el programa Cuestión de Poder de NTN24.
“La protesta de mañana, lamentablemente, comienza con un mal augurio”, dijo el invitado haciendo referencia a que no es necesario convocar una marcha refiriéndose a 'la toma de'.
“La 'toma de' implica un lenguaje belicoso, confrontacional y de fuerza porque a nadie le gusta ni que le tomen su casa ni que le tomen su ciudad ni su país. Es decir que, desde ya, el lenguaje implica una actitud agresiva”, afirmó.