Este miércoles 28 de agosto, la justicia de Francia deberá definir si dicta medida de prisión preventiva contra el francoruso Pavel Durov, fundador de Telegram, quien fue detenido el sábado 24 de agosto en dicho país.
Durov, de 39 años, fue arrestado en el aeropuerto de Le Bourget (París) tras ser acusado de no actuar contra la difusión de contenidos delictivos en su servicio de mensajería cifrada.
La compañía asegura que "cumple las leyes de la Unión Europea" y que "es absurdo afirmar que una plataforma o su propietario son responsables de los abusos".
Telegram se ha convertido en una alternativa a las aplicaciones de mensajería instantánea estadounidenses, criticadas por la explotación comercial de los datos personales de los usuarios, bajo su política de confidencialidad.
La mensajería cifrada ha desempeñado un papel clave en el contexto de la ofensiva rusa en Ucrania, iniciada en febrero de 2022, y es utilizada activamente por políticos y observadores de ambos bandos.
Sin embargo, los detractores de Telegram la acusan de albergar contenidos a menudo ilegales, desde imágenes sexuales extremas a desinformación, pasando por servicios de compra de drogas.
En el caso de Francia, la justicia de ese país había iniciado una investigación el 8 de julio por complicidad en delitos organizados en la plataforma como narcotráfico, pornografía infantil, fraude y blanqueo en banda organizada, entre otros.
Durante la detención de Durov también fueron arrestados su guardaespaldas y su asistente, pero quedaron en libertad tras ser interrogados, según reveló una fuente cercana al caso.
Este miércoles se conocerá si el magnate sigue los pasos de sus trabajadores que quedaron en libertad sin cargos o si podría quedar bajo control judicial si los jueces que llevan el caso deciden enviarlo ante el tribunal de París para su imputación.