Rusia dice que EE. UU. será "cómplice de la muerte de niños" al entregar bombas racimo a Ucrania
El pasado viernes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó el suministro de municiones de racimo para Ucrania ante la amenaza de Rusia.
Las controvertidas bombas de racimo o fragmentación, que liberan al estallar gran cantidad de otras bombas en un amplio radio, ya han sido usadas tanto por Rusia como por Ucrania en la guerra que ya completa 500 días.
"Biden lo aprobó (...) tras una recomendación unánime", declaró a la prensa el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, quien añadió que es "lo correcto".
Ahora, este sábado, Rusia respondió a la decisión de Estados Unidos y dijo que es una muestra de "debilidad" que convertirá a Washington en "cómplice" de las muertes de civiles que ese armamento pueda ocasionar.
"El envío de armas de fragmentación es un acto desesperado y una muestra de debilidad en el contexto del fracaso de la tan alardeada contraofensiva ucraniana", dijo en un comunicado la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova.
Según la diplomacia rusa, se trata de un "intento cínico de prolongar la agonía de las actuales autoridades ucranianas sin preocuparse por las víctimas civiles" de estas bombas.
"Al proporcionar municiones de racimo, Washington se convertirá de facto en cómplice del minado y compartirá plenamente la responsabilidad de las muertes causadas por las explosiones, incluidas las de niños rusos y ucranianos", añadió Zajárova.
Este tipo de está prohibido en varios países, en particular en los países europeos, signatarios de la Convención de Oslo de 2008, de la que ni Estados Unidos ni Ucrania ni Rusia son parte.
Se ha limitado su uso debido a que las cargas que dispersan están propensas a causar muchas bajas civiles colaterales.