Saleh: “Me golpeaba a mí mismo para sentir que estaba vivo”

Luego de dos semanas de su expatriación, el ex preso político, Lorent Saleh rompió el silencio sobre las torturas que sufrió en el Sebin.

Durante una entrevista concedida al diario El Mundo de España, el activista por los derechos humanos describió el sufrimiento que vivió durante su estancia en “La Tumba”.

“El frío. Glacial. Lo utilizan para encogerte. Para que no puedas moverte. Para reducirte a una lámina de piel. Para que sepas que el individuo, tú, no vales nada”.

Saleh relató que fue víctima de aislamiento celular, cuyo objetivo era anular todos sus sentidos y hacerlo sentir sin vida.

“Yo no sabía si estaba vivo o muerto. ¿Y sabe usted cuál es la única forma de averiguarlo? El dolor. Por eso quieres que te golpeen. Y por eso te golpeas a ti mismo contra el suelo, contra los barrotes, contra lo que sea, buscando la sangre, porque solo la sangre y el dolor te reafirman que sigues existiendo”.

Tras más de un año en esas condiciones, el dirigente político reflexionó sobre su situación, por ello decidió activarse y tomar medidas extremas.

 “Sabía que el régimen no iba a soltarme y que yo no iba a ceder… Tomé una decisión: mis carceleros ya no dormirían tranquilos; no verían relajadamente la televisión mientras yo estuviera ahí. Y así lo anuncié: Yo estoy dispuesto a matarme. Y si me mato, ustedes van a ir presos. Y a sus jefes les dará igual… No era un: "¡Oh, ah, quiero morirme!".  Mis intentos de suicidio fueron una forma de desafío a la dictadura”.

Cada vez que iba al baño a afeitarse se llevaba pequeños trozos de hojilla  a la celda y en las madrugadas intentaba cortarse las venas, “a partir de entonces, un funcionario tuvo que dormir en mi celda cada noche. Con un ojo medio abierto, aterrado".

Corrupción y extorsión

Pero las torturas no son la única actividad que se practica en el Sebin. La corrupción y la extorsión son también elementos que están presentes día a día dentro de los calabozos de la policía política.

“Hay presos que han llegado a pagar 200.000 dólares a cambio de una celda un poco mejor. Sus familias se han endeudado”.

Para Saleh, este tipo de acciones busca garantizar el apoyo incondicional de los funcionarios al régimen.

“Para el Gobierno tiene dos ventajas. En plena ruina económica, le permite pagar a los funcionarios esbirros. Y al mismo tiempo garantiza que le serán férreamente leales. Si cualquiera de estos funcionarios decidiese un día hacer lo correcto, bastaría recordarle su historial para que volviera volando al redil criminal”. 

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