Las relaciones entre China y Rusia pareciera que se están enfriando. Los efectos colaterales de la guerra en Ucrania podrían estar llevando al presidente chino, Xi Jinping, a recelar de la invasión y sus consecuencias, particularmente económicas que afectan a su país.
La guerra ha perpetuado las disrupciones en las cadenas de suministro global, ha contribuido a provocar una crisis energética sin precedente en los últimos años y ha provocado un incremento en el costo de la vida que, en el caso de los países occidentales, ha llevado a muchos consumidores a adquirir menos productos chinos.
El objetivo geopolítico inicial de apoyar a Moscú para balancear el poder estadounidense en el mundo le está resultando caro a China, afectada además (en los últimos meses) por la pandemia que no logra controlar definitivamente.
Hace un año, Xi recibió en Pekín a Vladimir Putin con quien exhibió la que denominaron una ‘amistad sin límites’ sin "sin zonas prohibidas en materia de cooperación".
Pero lo que tenía que haber sido una intervención militar en Ucrania de días o semanas, está a punto de cumplir un año.
¿Cómo han evolucionado los “límites” de esa amistad? ¿Podría el presidente chino darle la espalda a Putin y terminar así una guerra que le está costando muy cara a China y al mundo?
José Félix Valdivieso, licenciado en Estudios de Asia Oriental y en Derecho, y presidente del Centro China de IE University en España, habló sobre esta relación entre China y Rusia en el programa Cuestión de Poder de NTN24.
“Para empezar todas las economías occidentales y las que dependen de ella están sufriendo por una inflación galopante en el mundo”, mencionó Valdivieso que reseñó que esta situación no es ajena a China.