Continúa el derramamiento de sangre en Nicaragua y mientras el mundo se pregunta hasta dónde escalará la situación, el presidente Daniel Ortega asegura que no será derrotado por “ánimos golpistas” y que su gobierno finalizará en 2021 como dice la Constitución. Sin embargo, en las calles la consigna es clara: exigen la renuncia inmediata de la pareja presidencial.
La presión aumenta cada vez más. Y es que, según observadores de derechos humanos, en total ya van más de 300 muertes producidas durante los 85 días de manifestaciones en el país. Lo más grave: aseguran que el Estado estaría patrocinando a grupos paramilitares para que acaben con la vida de quienes salen a protestar.
La comunidad internacional exige a los miembros de la Organización de Estados Americanos tomar acciones para frenar lo que consideran una arremetida del régimen en contra de quienes se oponen a sus políticas y comparan a Nicaragua con Venezuela, en donde Nicolás Maduro utiliza la represión como método para permanecer en el poder.