En el 2022 una de las tormentas más demoradas alertó a la comunidad científica. Con una duración de 55 minutos en un monitoreo hecho por el observatorio meteorológico de la estación polar Mis Baranova en el archipiélago de Nueva Zembla – Rusia, se pudo definir que el aumento del extraño fenómeno es inusual y que podría traer cambios importantes.
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La presencia de temperaturas más altas en el ártico podría ser causante de la situación. Los grados bajo cero producen densas nubes de capas uniformes causantes de las extensas jornadas de tempestad. Según Bruno Giambelluca, vocero del clima y energía de Greenpeace, esta y otras zonas polares no están exentas de sufrir una disminución de tormentas, esta realidad seguirá ocurriendo a causa del cambio climático actual.
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La amenaza afecta directamente a ecosistemas y especies de esas zonas. Los osos polares, por ejemplo, se exponen al recorrer largas distancias por falta de alimento y llegar a lugares donde hay población humana. Esto complica la cadena alimenticia que regularmente deben tener las especies y a su vez peligra la vida de habitantes aledaños, explica el experto.
Redacción Devan Beltrán