En México, avanzan las investigaciones por el incendio en un centro de detención para migrantes en Ciudad Juárez y que acabó con la vida de cerca de 40 personas que se encontraban retenidas en las instalaciones.
Los heridos, de acuerdo con el último reporte, ascienden a 28 y la gran mayoría tienen quemaduras graves.
En las últimas horas, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos dijo que podrían tramitar un permiso humanitario para los individuos que requieran cuidados intensivos.
Mientras tanto, crecen las voces que piden al gobierno del presidente López Obrador esclarecer qué falló en los procesos de evacuación del centro. En un principio, el mandatario apuntó a un incendio provocado por los mismos migrantes que, según él, “pusieron colchonetas en las puertas del albergue y les prendieron fuego” ante el temor de ser deportados. Horas más tarde, esa versión empezó a ser contestada por un un vídeo que muestra a guardias del centro aparentemente dejando a los migrantes encerrados mientras las llamas se extienden y el humo acaba difuminando las imágenes.
Las autoridades han dicho que los responsables, sin especificar sus identidades, ya fueron presentados ante la Fiscalía.
Estas instalaciones están a cargo del Instituto Nacional de Migración de México, dependientes del Gobierno federal.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, se mostró "profundamente entristecido" por los hechos y pidió una investigación exhaustiva sobre lo ocurrido.
¿Qué falló tras el incendio, que terminó en la trágica muerte de casi 40 personas?
Rachel Schmidtke, abogada sénior para América Latina en la organización Refugees International, ofreció una entrevista en Cuestión de Poder de NTN24.