Según defensores del medio ambiente, el histórico avance legal logra poner la lupa sobre la realidad de las aguas internacionales.
El acuerdo que sería llamado como “biodiversidad más allá de la jurisdicción nacional” crea un conjunto de leyes que pretende expandir las zonas de conservación marítima que actualmente se encuentran en un 60% de la totalidad de los océanos del planeta.
La importancia de apropiarse responsablemente del mar enmarca específicamente la producción de oxígeno, la regulación de la temperatura en la atmósfera y la biodiversidad de la que dependen millones de seres vivos.
Las condiciones de dicha jurisdicción promueven las investigaciones en profundidades y superficies que permitan definir los impactos de contaminantes y el cambio climático, así como también las actividades que han venido degradando especies y hábitats enteros como son la sobrepesca y el tráfico marítimo.
Aún se espera que más de 60 países ratifiquen el acuerdo para poder proteger el bienestar de las 3 ⁄ 4 partes más importantes de la tierra.