Científicos logran por primera vez que la quimioterapia traspase el escudo protector del cerebro
Un grupo de investigadores logró por primera vez que la quimioterapia traspase la barrera hematoencefálica, que es conocida como el escudo protector del cerebro, con lo que se abren las posibilidades de tratar tumores hasta el momento casi inalcanzables.
Los científicos de la Northwestern University, en Estados Unidos, lograron introducir un poderoso fármaco de quimioterapia en el cerebro humano abriendo temporalmente el escudo protector con ultrasonido y pequeñas burbujas.
El ensayo clínico en etapa inicial fue descrito el 2 de mayo en la publicación científica Lancet Oncology y difundido ampliamente en medios especializados
“Paredes casi impenetrables de células abarrotadas recubren la mayoría de los vasos sanguíneos del cerebro. Aunque esta barrera hematoencefálica protege al órgano de invasores dañinos, también evita que muchos medicamentos lleguen al cerebro”, explica Science News sobre la importancia del logro.
El descubrimiento podría derivar en mejores tratamientos, especialmente para el glioblastoma, un tipo de tumor cerebral común y agresivo, que Incluso después de la extirpación quirúrgica tiende a presentarse de nuevo tras el surgimiento de otra masa.
“Realmente no existe un tratamiento establecido para cuando los tumores regresan”, mencionó el neurocirujano Adam Sonabend de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en Chicago sobre el impacto que tendría el logro.
Los pacientes con glioblastomas recurrentes, explicó Adam Sonabend, "no tienen opciones terapéuticas significativas, por lo que estábamos explorando nuevas formas de tratarlos".
Science News menciona que, después de extirpar el tumor inicial, los pacientes suelen recibir un fármaco de quimioterapia relativamente débil que puede sortear la barrera del cerebro.
Pero, detallan, medicamentos más potentes podrían ayudar a destruir cualquier enfermedad persistente, si los medicamentos pudieran atravesar la barrera.
En este sentido el ensayo proyecta que una persona primero reciba una inyección intravenosa de un líquido lleno de burbujas microscópicas que llenan los vasos sanguíneos del cuerpo.
Luego en el área específica del cerebro, las ondas de ultrasonido sacuden las microburbujas y abren las paredes de los vasos sanguíneos densamente empaquetadas.