Hace entre 11.000 y 5.000 años, el desierto del Sahara no era como lo conocemos hoy. Era una región húmeda, fértil y exuberante, conocida como el “Sahara verde”. En ese entonces, su paisaje se asemejaba al de una sabana, con vegetación diversa, lagos permanentes y sistemas fluviales extensos.
Aunque hoy parezca un lugar inhóspito, el Sahara está lleno de historia. La genética humana en la región aún es un misterio, pero los avances en arqueología y geología han permitido reconstruir fragmentos importantes de su pasado.
¿Qué se ha descubierto en el Sahara?
Entre los hallazgos más impresionantes destacan:
Restos humanos: En yacimientos arqueológicos profundos, se han encontrado al menos 15 entierros humanos, entre ellos dos mujeres adultas momificadas de forma natural, con una antigüedad de más de 7.000 años. Este descubrimiento, citado por la revista Nature, aporta evidencia sobre una civilización temprana en la región.
Fósiles de dinosaurios: En una excavación liderada por National Geographic, se desenterraron restos de criaturas que vivieron hace más de 100 millones de años. Entre ellos, un cráneo imponente de Spinosaurus, uno de los depredadores más grandes conocidos, y uno de los primeros esqueletos parciales de otro gran depredador africano.
Fósiles marinos: En pleno desierto del Sahara egipcio se hallaron restos de animales marinos que vivieron entre hace 55,8 y 33,9 millones de años, cuando la zona estaba cubierta por el antiguo océano Tetis. Entre estos fósiles destacan ballenas primitivas con patas y dedos en sus extremidades, algunas de las cuales, según estudios de la UNESCO, mostraban evidencia de canibalismo.
Un museo a cielo abierto
Actualmente, estos hallazgos han dado lugar al “Valle de las Ballenas” (Wadi Al-Hitan), un museo natural al aire libre que permite a turistas y científicos explorar la historia prehistórica del Sahara. Este sitio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es una ventana única al pasado del planeta.