La forma de educar ha revolucionado por completo, pues las aulas de clases han pasado a un segundo plano y ahora los maestros optan por impulsar la conciencia del cuidado del planeta, mientras el escenario se presta para tomar un respiro al aire libre.
Los bosques se han convertido en parte importante del desarrollo de habilidades cognitivas de los estudiantes. Por ejemplo, en matemáticas al contar ramas o el uso de herramientas para la supervivencia en alguna emergencia futura. Los educadores afirman que han optado por ir a escenarios naturales debido a que estimula la curiosidad y ganas de aprender de los pequeños estudiantes.
Por otra parte, en Dinamarca, muchas guarderías ahora utilizan los llamados buses forestales que transportan a los niños a espacios ecológicos donde no solo aprenden temas básicos, sino también la importancia de preservar y mantener la vida.