Bolsonaro defiende la Copa América en Brasil pese al extensión de la pandemia
El gobierno de Jair Bolsonaro confirmó finalmente la noche del martes que Brasil albergará la Copa América 2021, en medio de los temores a una tercera ola de la pandemia en el segundo país con más muertos y una posible batalla jurídica en contra del torneo.
"Confirmada la Copa América en Brasil. Venció la coherencia. Quien es sede de partidos de Libertadores, Sudamericana, sin hablar de los campeonatos estatales y el brasileño, no podría darle la espalda a un campeonato tradicional como este", anunció en Twitter el ministro de la Casa Civil (gabinete), Luiz Eduardo Ramos.
Poco antes, en un acto en el Ministerio de Salud, Bolsonaro dijo que "todo indica que Brasil será sede de la Copa América", que se disputará sin público entre el 13 de junio y 10 de julio.
Así que el gigante latinoamericano, el segundo país con más fallecidos por covid (más de 465.000), deberá ponerse las pilas para organizar la competición de selecciones más antigua del mundo, tras la baja de las sedes originales: Argentina, por el empeoramiento de la pandemia, y Colombia, en medio de un estallido social que deja decenas de muertos.
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La noche del lunes, Ramos dijo que la celebración del torneo en Brasil -anunciada horas antes por la Conmebol- no estaba confirmada y que se exigían condiciones para recibirlo como que no haya público y que todos los miembros de las delegaciones, que tendrán un máximo de 65, sean vacunados.
Pero este martes la incertidumbre dio paso a la certeza y la Conmebol agradeció.
"En nombre del fútbol sudamericano quiero agradecer al presidente Jair Bolsonaro por la eficiencia en la toma de decisiones", dijo el presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez, en Twitter.
En su mensaje, Domínguez enfatizó que el torneo se realizará sin la presencia de público y siguiendo "protocolos sanitarios rígidos".
Los expertos temen una tercera ola, en medio del relajamiento de las restricciones, la oposición de Bolsonaro a las cuarentenas por su impacto económico, la llegada de nuevas variantes y una lenta campaña de vacunación (menos del 11% de los 212 millones de habitantes inmunizados con las dos dosis).
La decisión de recibir la Copa América aumentó el ruido político contra Bolsonaro, sacudido por protestas callejeras que el sábado reunieron a cientos de miles de personas en las principales ciudades del país.
Los manifestantes apuntaron principalmente a la caótica gestión de la pandemia del mandatario ultraderechista, quien la ha llamado "gripecita", promueve aglomeraciones y cuestiona la eficacia de las vacunas.
A la presión política se sumaron amenazas judiciales. El Partido de los Trabajadores, del expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para las presidenciales de 2022, según las encuestas, pidió la víspera al Supremo Tribunal Federal suspender las negociaciones para hacer el torneo.
Y el senador Renan Calheiros, relator de la comisión que está investigando eventuales "omisiones" por parte de Bolsonaro en la emergencia sanitaria, llamó este martes a jugadores y comisión técnica de la 'Selecao' a oponerse a la Copa América en Brasil, a la que se refiere como el "campeonato de la muerte".
"Neymar, quiero dirigirle una palabra. No concuerde con la realización de esa Copa América en Brasil. Ese no es el campeonato que necesitamos disputar ahora. Necesitamos disputar el campeonato de la vacunación", afirmó.
En la concentración de Brasil, que se prepara en Rio de Janeiro para el juego del premundial ante Ecuador el viernes en Porto Alegre, por ahora reina el silencio.
REDACCIÓN NTN24 / INFORMACIÓN AFP