La cuidadosa selección de la materia prima, la amplia experiencia en las técnicas de elaboración y la combinación entre procesos artesanales con maquinaria de la última generación, han hecho que los chocolates belgas sean unos de los más preciados por el consumidor.
Cuatro invenciones importantes marcan la historia del chocolate belga entre las que se encuentran la invención del Praliné, una mezcla de almendras o avellanas confitadas en azucar caramelizado y el Ballotin, una pequeña caja de cartón destinada a contener Pralines u otros bombones.
Como homenaje a su reconocido producto, Bélgica en el Festival de Esculturas de Chocolate, en la ciudad de Durbury, la suroeste de Brúselas. Esculturas gigantes de gorilas, elefantes y flamencos, componen la exposición, todos elaborados con chocolate belga de hasta 3 metros de altura.
Redacción Flash Fashion