Ben Affleck se sincera sobre su batalla contra el alcoholismo: "Es una lucha constante, pero vale la pena"
Ben Affleck, a sus 52 años, es mucho más que una estrella de Hollywood. El actor, guionista y productor que alcanzó la fama con Good Will Hunting, película con la que ganó el Óscar al mejor guion original junto a Matt Damon en 1997, ha sido también una figura marcada por las luces y por las sombras.
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Durante años, la prensa captó los altibajos de su lucha contra el alcoholismo. Fotografías suyas visiblemente ebrio, caminando cabizbajo o en situaciones de vulnerabilidad, se convirtieron en imágenes virales que mostraban una realidad dolorosa detrás del glamur.
En entrevista con el Los Angeles Times, Affleck lo resume así: “El alcoholismo no desaparece, es una lucha constante… pero es una lucha que vale la pena”.
También confesó que muchas de sus decisiones pasadas vinieron desde el dolor no procesado: “Ojalá hubiera entendido mejor lo difícil que era mi vida en ese momento. Ojalá no hubiera tenido que aprender ciertas lecciones de la forma más dura”.
Su historia, sin embargo, no es solo de caída, sino de levantarse una y otra vez. Al hablar de sus batallas, Ben ha contribuido a visibilizar temas cruciales como la salud mental, la depresión y los riesgos del abuso de sustancias.
Detrás de su adicción también hay un componente familiar difícil de ignorar. Su padre también luchó contra el alcoholismo, su abuela se quitó la vida cuando él era niño, y su tío también falleció tras años de dependencia. Incluso su hermano, el también actor Casey Affleck, atravesó problemas similares con la adicción al alcohol, aunque logró superarlos con el tiempo.
Hoy, Ben busca equilibrio, paz y una vida con propósito, centrado en su familia, su trabajo como director y productor, y su crecimiento emocional. Su testimonio no solo muestra la crudeza de las recaídas, sino también la belleza de la resistencia.
“Seguir adelante no es fácil, pero siempre será mejor que rendirse”, parece ser el mensaje de fondo que deja con cada palabra.