¿Cómo se comparan las edades de los políticos estadounidenses con los de otros países?

El cuento corto

¿Cómo se comparan las edades de los políticos estadounidenses con los de otros países?

Estados Unidos tiene una clase política excepcionalmente mayor. ¿Son los líderes de Europa o Latinoamérica cada vez más jóvenes?
Del especial

El cuento corto

Recientemente, el principal político republicano en el Senado estadounidense, Mitch McConnell, se paralizó en medio de una conferencia de prensa debido a un posible problema de salud. Tiene 81 años de edad. Por su parte, la senadora Dianne Feinstein, de 90 años, y el presidente de EE. UU., Joe Biden, de 80 años, acapararon titulares por haber sufrido caídas.

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Afortunadamente todos se encuentran bien. Sin embargo, los incidentes abrieron nuevamente el debate sobre la avanzada edad de los políticos en EE. UU. Y es que este país tiene una clase política excepcionalmente mayor, sin ningún signo de cambio.

En Europa, por el contrario, la edad promedio de los jefes de estado es de 55 años. El chileno Gabriel Boric, de 37 años, es el tercer presidente en funciones más joven del mundo. Y en otros países de América Latina también hay un creciente número de jóvenes entre 30 y 40 años aspirando a cargos públicos.

Algunos mantienen que los líderes jóvenes se presentan como candidatos dispuestos a tomar las decisiones difíciles que sus predecesores no habían tomado.

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“El cambio climático y otras crisis existenciales están subrayando la necesidad de que la gente joven se involucre en la política“, asegura el experto en liderazgo George Tsiatis. "Se enfocan en hacer inversiones en el presente para ver resultados a futuro, mientras que los líderes mayores tienden a enfocarse en aquello que los pueda ayudar a ser reelegidos”, agrega Tsiatis.

Además, la actual crisis global de liderazgo y el debilitamiento de los partidos tradicionales le ha abierto rápidamente el paso a líderes con poca experiencia. Fue el caso del mandatario francés, Emmanuel Macron, quien llegó a la presidencia en 2017 con tan solo 37 años y mediante un partido nuevo e independiente.

Pero una cara joven no significa una solución mágica. En vez, los expertos aseguran que la colaboración entre la vieja y la nueva escuela es clave para lograr un liderazgo efectivo que represente realmente a la sociedad.

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