El futuro del trabajo: ¿se puede dejar atrás el trabajo remoto?
El cuento corto
Zoom se convirtió en la herramienta predilecta para el trabajo desde casa. Pero recientemente la empresa de comunicaciones por vídeo ordenó que sus empleados regresaran a la oficina al menos dos veces por semana.
Desde Amazon hasta Disney, hay una importante lista de compañías que están poniendo restricciones al trabajo remoto que se volvió común con la llegada de la COVID-19.
“Estamos viendo una desconexión entre los empleadores, que quieren que los trabajadores regresen a la oficina, y los empleados que se están resistiendo a estos mandatos. Pues no quieren perder algunos de los beneficios del trabajo remoto e híbrido”, explica la periodista Joanne Lipman.
Entre los beneficios que citan algunos trabajadores están el dinero y el tiempo que ahorran al no tener que trasladarse a la oficina. “Las personas hablan de la posibilidad de tener una vida más balanceada, y de cosas como el deterioro de los autos”, agrega Lipman.
Además, varios estudios han demostrado que aquellos que trabajan desde casa tienden a ser más productivos.
“Las oportunidades del trabajo remoto e híbrido han sido increíbles para las mujeres, los padres de niños pequeños, las minorías étnicas y las personas con discapacidades. Esto además quiere decir que los empleadores tienen acceso a un número más diverso de potenciales empleados”, asegura la experta.
Pero ir a la oficina también tiene sus beneficios. Facilita la colaboración, la generación de ideas, la mentoría y la cultura laboral. Y muchos lo prefieren. Una encuesta reciente realizada en los 4 países más grandes de América Latina (Argentina, Brasil, Colombia y México) determinó que un 59% de los trabajadores prefiere la presencialidad.
Otro estudio reveló que en países como Estados Unidos, Reino Unido y Australia hay en promedio más días de trabajo remoto que en países como Corea del Sur, Japón, Sudáfrica o Argentina. Hay una diversidad de factores que contribuyen a estas diferencias. Por ejemplo, los investigadores creen que en ciudades densamente pobladas, como las de Asia, muchos trabajadores enfrentan dificultades para trabajar en apartamentos pequeños a menudo compartidos con muchas personas.
Lipman asegura que aunque no hay soluciones únicas, la semana laboral de 5 días en la oficina que era típica antes de la pandemia ha muerto. Y es importante que los jefes entablen un diálogo con sus empleados para juntos diseñar el futuro del trabajo.