“Casa de los sueños”, el lugar donde torturan al militar venezolano Marín Chaparro que corre el riesgo de morir
La ONG Control Ciudadano hace un llamado urgente a las autoridades para que brinden atención médica al preso político Igbert Marín Chaparro, cuyos padres han suplicado que atiendan la situación pues el militar decidió no ingerir ningún tipo de alimentos, a riesgo de morir.
Marín Chaparro, preso desde marzo de 2018 en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), recibió la orden judicial de ser trasladado a la cárcel de Ramo Verde en el año 2020. El traslado no se ha cumplido y denuncia que sido sometido a tratos crueles, físicos y sicológicos.
A mediados de diciembre sus padres divulgaron un video suplicando que no lo dejen morir.
Marín Chaparro es acusado de conspirar contra Maduro y se le imputan traición a la patria, instigación a la rebelión y delitos contra el decoro militar en una causa que comparte junto a otros seis militares.
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Sus padres denuncian que está incomunicado en una celda del Dgcim que llaman ‘casa de los sueños’, que forma parte de varios centros clandestinos denunciados en los informes elaborados por la Misión Internacional Independiente de Determinación de Hechos sobre Venezuela establecida por el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas.
En el portal de investigación Armando.Info reseña que la misión de la ONU “enumera 17 referencias de casas de seguridad, como también suelen denominarse estos centros clandestinos, y las ubican en sectores de Las Mercedes, Prados del Este, La Trinidad, San Bernardino, Bello Monte, Los Naranjos, Fuerte Tiuna, Alto Prado, La Carlota, además de La Mariposa y zonas montañosas de El Hatillo y Guarenas”.
Igbert José Marín Chaparro es un militar del Ejército y docente universitario venezolano, “que ha obtenido el mayor promedio de calificaciones como cadete en la historia de la Academia Militar del Ejército Bolivariano, adscrita a la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela”, según Wikipedia.
El militar empezó una huelga de hambre para recibir una visita de la Comisión de Determinación de la ONU, para hablar de las torturas que recibe. A mediados de diciembre se le concedió la visita de sus padres, pero la atención médica no ha llegado.