Irán ejecutó en la horca a un británico-iraní señalado de espionaje
El régimen iraní informó del ahorcamiento de un británico-iraní declarado culpable de espionaje en alianza con los servicios de inteligencia del Reino Unido.
Se trata del exfuncionario de Defensa de Irán Alireza Akbari, que fue condenado por "corrupción en la Tierra y por atentar contra la seguridad interior y exterior del país por pasar información de inteligencia".
Según Irán, Akbari era un "espía clave" a favor del Servicio de Inteligencia Secreto (SIS) británico.
El hombre, un veterano de la guerra entre Irán e Irak, funció como viceministro de Defensa para Relaciones Exteriores, jefe de una unidad en un centro de investigación ministerial y asesor del comandante de la Marina.
La decisión de la República Islámica de Irán ha provocado una oleada de críticas y repudio en Occidente, siendo el primer pronunciamiento el de Rishi Sunak, primer ministro británico, quien calificó la sentencia como “despiadada y cobarde”.
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Asimismo, el Gobierno de Estados Unidos aseguró que "las detenciones arbitrarias, las confesiones forzadas y las ejecuciones por motivos políticos son totalmente inaceptabes y deben cesar".
La ejecución de Akbari elevó las tensiones entre Irán y Occidente, por lo que el Gobierno británico ordenó una serie de sanciones contra Mohammar Jafar Montazeri, fiscal general iraní.
Irán completa varios meses bajo un fuerte estallido social producto de la muerte de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años, tras haber sido detenida por infringir el estricto código de vestimenta del país.
Desde ese entonces varios ciudadanos han sido condenados a muerte o a exageradas penas de cárcel por hacer parte de las manifestaciones.