"Los ciudadanos pagan la subsistencia del recluso en una cárcel, pero el recluso no le devuelve nada a la sociedad": habla el alcalde que puso a trabajar a presos por la ciudad
La ciudad de Bucaramanga, en el nororiente de Colombia, ha lanzado una estrategia de reinserción social que está generando debate en todo el país. El alcalde Jaime Andrés Beltrán ha implementado un programa que permite a reclusos seleccionados salir de las cárceles para trabajar en proyectos comunitarios, como el embellecimiento de parques y la reparación de calles.
En entrevista con NTN24, Beltrán explicó que la iniciativa se inspira en el modelo de El Salvador del presidente Nayib Bukele y se basa en el concepto de justicia restaurativa. "Esto obedece a un análisis que se hizo del caso de éxito que tuvo El Salvador, donde el sacar los presos a trabajar cerraba un poco la brecha entre la molestia que hay los ciudadanos y los presos", afirmó el alcalde.
El programa involucra a 30 reclusos de tres centros penitenciarios: la cárcel de máxima seguridad Palo Gordo, la cárcel de mujeres y la cárcel Modelo. Cada institución seleccionó a 10 internos que han completado un riguroso proceso de formación y han demostrado avances significativos en su rehabilitación.
Beltrán destacó que la iniciativa tiene dos objetivos principales: "Que los reclusos le devolvieran un poco a la sociedad de lo que la sociedad siente que les quitó en su momento y empezar a cerrar esa brecha que hay entre la injusticia que sienten los colombianos cuando le pagan al recluso la alimentación, le pagan al recluso el hospedaje, le pagan al recluso el poder subsistir en una cárcel, pero el recluso no le devuelve nada a la sociedad".
La implementación del programa requiere una logística compleja y coordinación con diversas entidades. El alcalde explicó que trabajan en colaboración con el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) y el Ministerio de Justicia.
"Para sacar 10 presos de la cárcel de máxima seguridad como Palo Gordo, necesitamos una logística de casi 10 guardianes, uno por preso, una logística para el transporte", detalló Beltrán.
El funcionario también abordó las preocupaciones sobre seguridad, enfatizando que los participantes son cuidadosamente seleccionados y supervisados. "Estos presos no son cualquier preso. Son personas que han llevado un proceso de manera continua de resocialización, han aprobado unos cursos de formación donde el INPEC garantiza que son personas que pueden salir a hacer labor social", aseguró.
Beltrán argumenta que esta estrategia promueve la equidad tanto para los ciudadanos como para los reclusos que buscan reinsertarse en la sociedad. Además, resalta el aspecto económico del programa, señalando que el costo mensual de mantener a un preso oscila entre 1,5 y 3 millones de pesos colombianos.
La iniciativa de Bucaramanga ha generado un debate nacional sobre las políticas penitenciarias y la reinserción social. Mientras algunos elogian el enfoque innovador, otros expresan preocupaciones sobre seguridad y la implementación a largo plazo. Sin embargo, el alcalde Beltrán se mantiene optimista sobre el potencial del programa para transformar vidas y comunidades.