Venezolano Juan Requesens confiesa lo que hizo cuando se encontró casualmente a su fiscal acusador

Presos políticos en Venezuela

Venezolano Juan Requesens confiesa lo que hizo cuando se encontró casualmente a su fiscal acusador

Juan Requesens - Foto captura entrevista Olavarrieta
Está en tratamiento siquiátrico, sigue jugando un papel importante pero tras bastidores en l,a política, estudia unas maestría, se comprometió con su novia e intenta obtener la documentación para viajar a ver a sus hijos

En una emotiva entrevista con Luis Olavarrieta, el ex preso político, Juan Requesens habló por primera vez desde su excarcelación, que se dio tras una larga negociación con el régimen en la que se canjeó además a presos estadounidenses a cambio de Alex Saab.

Requesens estuvo cinco años detenidos tras ser acusado cuando era diputado, de estar detrás el ataque con drone a Nicolás Maduro y su esposa Cilia Flores en un evento en la avenida Bolívar de Caracas.

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Su detención le dio la vuelta al mundo pues fue expuesto por la fiscalía, leal al régimen, al publicar fotografías semidesnudo y lleno de heces. Le fue negado su derecho a la defensa, incomunicado por semanas, despojado de su inmunidad, reducido a las rejas.

Ahora está en tratamiento siquiátrico, sigue jugando un papel importante pero tras bastidores en la política, estudia unas maestría, se comprometió con su novia e intenta obtener la documentación para viajar a ver a sus hijos que debieron huir del país hacia Estados Unidos.

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Pocos días antes de ser llevado por las fuerzas del régimen había dado un incendiario discurso ante la Asamblea Nacional cuya frase se volvió memorable de ese momento al asegurar: “Yo no me rindo”.

Juan Requesens, militante de Primero Justicia, habló de lo que vivió en el encierro, lo que pasó por su cabeza cuando fue detenido junto a su hermana Rafaela, también dirigente estudiantil, y además lo que reflexionó en años de cárcel en Venezuela.

Confiesa que creó dinámicas para poder sobrevivir al claustro, en las que se hizo micrometas como aprender de música , entrenamiento físico, leer, escribir. “Sino, te vuelves loco, brother”.

Admite que esos días le permiten saber que actuó de manera “soberbia, arrogante, fui terco, mi vehemencia, mi impulsividad, ¿que me arrepiento?, no estoy tan seguro. No me arrepiento, es parte de lo que me forjó, pero uno va aprendiendo y uno va enderezando”.

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Dice que pasaba 24 horas sin saber la hora pero se guiaba por el sonido de un timbre de un colegio que escuchaba a lo lejos.

Lloró al mencionar lo que vivieron sus padres por la cárcel a la que fue sometido. “Mi mamá pasó horas enteras afuera (del Helicoide) para dejarme la comida, pero hay mamás que tuvieron que enterrar a sus muchachos, yo salí, nadie revive a nadie. Por eso tenemos que ponernos en los zapatos de los actores que hacen vida en este país”.

Sobre el discurso previo a su encarcelamiento, opina que fue fortuito. “Lo he escuchado, tampoco es que fue el discursazo, fue una frase, mas que buena fue oportuna en el contexto de la inoportunidad de caer preso, por eso tuvo la dimensión que tuvo”.

Dijo que pudo ver mucho tiempo después de su detención el video de una confesión que debió dar sin la presencia de un abogado o un fiscal. Reitera que no tuvo nada que ver por los hechos que le imputaban y que eso quedó demostrado en el juicio en el que fue sentenciado a ocho años de cárcel.

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Cuando vio el video se preguntó “¿qué necesidad?”. “No sé que buscaban conmigo, no sé si era buscando dar un mensaje, te agarran entre 40 tipos, te dan tu pela, tenían mi hermana presa, yo decía pero de qué me están acusando?, de hecho lo supe al día siguiente porque me decían que yo estaba en el magnicidio, wow”.

Pero además hace una confesión muy personal: “Yo salí en libertad, le pido compromiso a mi novia ahí en la montaña en Sabas Nieves (el Ávila), y vamos a un café como a celebrar la cosa, he entrado al café y está el fiscal que me acusó, me puse pálido, sentí miedo , rabia, de todo en dos segundos, después entendí que, bueno, ese chamo tiene sus motivos y me acerqué y lo saludé”.

“No te voy a mentir que no siento rencor porque no soy Mandela, todos tenemos rencor en Venezuela y los que no lo tienen son personas elevadas, ojalá yo lo lograra pero te cansas de continuar este círculo y esta espiral de rencor. Hay que sacar lo mejor de nosotros, de respetar lo que siente la otra persona, procurar -eso sí – justicia, pero entender que estamos todos aquí; o nos entendemos o vamos a seguir como vamos, yo creo que hay que entendernos ya”.

Dice que actualmente está viviendo su propio proceso, “tomándome las cosas con calma, teniendo tiempo, trabajando”.


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