Por: Arturo McFields Yescas
Rusia entró esta semana al Parlamento Centroamericano en calidad de Observador Permanente. Su incorporación es un peligro presente y una amenaza futura para la paz, la democracia y la seguridad, no solo de Centroamérica, sino también de Estados Unidos.
Desde el retorno de Daniel Ortega al poder en 2007, Nicaragua ha sido la puerta de entrada de Rusia a la región. El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), la Conferencia de Fuerzas Armadas Centroamericanas (CFAC) y el Sistema de Integración Centroamericano (SICA), han estado en la mira geopolítica del oso euroasiático.
Rusia en el BCIE. En 2015 el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) firmó un acuerdo de financiación para el comercio con el Banco Interkommerz de Rusia, bajo el argumento de estimular las operaciones de comercio internacional entre este país y la región.
Este acuerdo, bajo la Iniciativa de Facilitación del Comercio Internacional, le otorgaba una garantía de crédito al Banco Interkommerz para promover la exportación e importación de bienes y servicios entre Centroamérica y Rusia.
La lucha antidrogas. Desde el año 2012 Nicaragua coordinó cursos regionales antidrogas para oficiales policiales de toda Centroamérica, contando con la participación de especialistas de la potencia extrarregional.
Nicaragua también estableció un centro de espionaje ruso, que en 2024 fue sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. El llamado CCR es una subdivisión del Ministerio del Interior de la Federación Rusa con el fin de reprimir a la sociedad civil y pulverizar las libertades ciudadanas.
Los ejércitos de Centroamérica. Desde el año 2005 Rusia es observador permanente ante la Conferencia de Fuerzas Armadas Centroamericanas (CFAC). El organismo regional incluye a los jefes de ejércitos de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Republica Dominicana. Panamá y Costa Rica no forman parte de esta entidad regional.
Fracaso rotundo en el SICA. Desde 2018 Rusia ha intentado incorporarse al Sistema de Integración Centroamericano, pero no han podido. Aunque inicialmente consensuaron su ingreso, este jamás fue oficializado y tras la invasión a Ucrania, su presencia es vista como una peligrosa amenaza.
En abril de 2023 Daniel Ortega invitó al canciller ruso, Serguéi Lavrov para celebrar su ingreso al SICA, pero 48 horas antes, Guatemala y Costa Rica le dieron un portazo en la cara al emisario de Putin. Rusia no pudo incorporarse como Observador Permanente en el bloque centroamericano.
El ingreso de Rusia al Parlamento Centroamericano es grave. La potencia extrarregionala ha logrado forjar alianzas con muchos políticos y gobiernos centroamericanos, en una región con hombres fuertes e instituciones débiles.
En poco más de un año China y Rusia han entrado al Parlamento Centroamericano de la mano de la tiranía de Nicaragua. Tres países enemigos de la libertad, la democracia y los derechos humanos.
Hoy más que nunca Centroamérica corre el riesgo de convertirse en una pieza de ajedrez de la geopolítica de potencias extrarregionales. En un contexto de guerras y rumores de guerras las alianzas con Rusia y China amenazan la paz y la estabilidad regional.
Estados Unidos está llamado a reforzar su liderazgo en Centroamérica y a no subestimar la presencia de potencias extrarregionales en su patio trasero. La prosperidad, seguridad y democracia siguen siendo nuestros valores compartidos. Defenderlos y promoverlos es imprescindible.
*El autor es periodista exiliado, exembajador ante la OEA y exmiembro del Cuerpo de Paz de Noruega.