En México, el 10 de abril se llevará a cabo la inédita consulta a revocación de mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, impulsada por él mismo como una promesa de campaña. La ciudadanía mexicana está convocada a las urnas para, por primera vez, responder si está de acuerdo con que el mandatario continúe su gobierno por los próximos 3 años que le quedan en el poder o si debiese dejar el cargo por una mala gestión y pérdida de confianza.
El ejercicio ha suscitado polémica, polarización y muchas inquietudes dentro de la ciudadanía. En México no es común que más allá de las votaciones federales y locales para elegir a gobernantes, se realicen consultas populares para participar en las decisiones que se toman en el país; y aunque podría significar un avance en la democracia participativa en el país, entre grupos de oposición existe escepticismo en la confiabilidad de dichos referéndums.
El pasado 1 de agosto se realizó otro plebiscito para preguntarle a la ciudadanía si votaba a favor o en contra de enjuiciar a expresidentes mexicanos por presuntos delitos cometidos en sexenios pasados pero dicho ejercicio democrático no fue vinculante porque participó menos del 8% del listado nominal, se requiere mínimo un 40% de participación.
Redacciòn Club de Prensa