Los dos caminos que tendría el presidente de Ecuador si la Corte Constitucional admite juicio político en su contra
Guillermo Lasso, presidente de Ecuador, podría afrontar un juicio político impulsado por la oposición en ese país por presunto peculado y concusión.
La Corte Constitucional tendrá que definir en las próximas horas si es procedente o no el juicio político en contra de Lasso.
En caso de que el ente constitucional admita el juicio político, el mandatario tendría dos caminos para afrontarlo, según explicó en el programa La Tarde deNTN24 Francisco Jiménez, exministro de Gobierno de Ecuador (2022-2023) en la actual administración de Guillermo Lasso.
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El exfuncionario aseguró que Lasso tendría que defenderse ante la Asamblea Nacional en el marco del juicio político que podría durar entre 30 y 45 días.
O también podría recurrir a la denominada muerte cruzada que consiste en disolver el Parlamento y convocar anticipadamente a elecciones.
“Algunos analistas consideran que no tiene esa facultad porque no estaría configurado el escenario de conmoción interna, pero qué más conmoción que la posibilidad de un juicio político al presidente de la república”, subrayó Jiménez.
Además, señaló que intuye que el camino sería el primero, ya que “no hay razón para apresurarse en la muerte cruzada”.
Al ser consultado sobre la imposibilidad de hacer uso del mecanismo de muerte cruzada, fue enfático en afirmar que “el presidente tiene la facultad constitucional para la muerte cruzada, si es que no pudiera hacerlo estaría sometido a lo que determine la Asamblea y eso nos trasladaría de un régimen presidencial a un régimen parlamentario”.
Cabe resaltar que no hay precedentes sobre un proceso similar desde la aprobación de la Constitución de 2008, es decir, no hay sentencias con las que se pueda comparar la actuación de los jueces.
La única vez que la Corte Constitucional tuvo entre sus manos un juicio político fue en el 2017 contra el exvicepresidente Jorge Glas, que dio paso a que los legisladores continuarán con el trámite, pero Glas ya había sido sentenciado y puesto en prisión por lo que no prosperó la censura política.