Lula da Silva toma posesión en una ceremonia marcada por la ausencia de Bolsonaro en Brasil
El líder del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula da Silva, asume la presidencia de Brasil este domingo 1 de enero de 2023 en una ceremonia marcada por la ausencia de su antecesor Jair Bolsonaro.
El presidente saliente decidió viajar a Estados Unidos, previo al retorno de Lula al poder, con lo que evita todos los actos previstos del cambio de mando.
La decisión de Bolsonaro se dio en medio de un ambiente polarizado en Brasil en el que incluso varios de sus simpatizantes pusieron en duda la legitimidad del triunfo de Lula.
La llegada de Lula da Silva al poder, quien fue presidente de Brasil entre 2003 y 2010, se traduce en el regreso de la izquierda luego del Gobierno de Bolsonaro que estuvo íntimamente vinculado a ideas conservadoras y que varios analistas llegaron a considerar de extrema derecha.
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Tal ha sido el impacto del triunfo de Lula que cientos de sus seguidores decidieron hacer un campamento en Brasilia, en medio de las celebraciones del Año Nuevo, para no perderse la ceremonia de asunción.
Al acto de posesión se espera que lleguen más de 300 mil personas y delegaciones de más de 50 países.
La seguridad en Brasilia para el evento se duplicó para evitar revueltas contra el izquierdista y luego de que se registraran amenazas de presuntos ataques con explosivos contra el nuevo mandatario.
Los retos de Lula
Lula comenzará su mandato este domingo 1 de enero, con grandes retos por delante. El líder de izquierda deberá afrontar los problemas económicos arrastrados de la pandemia.
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En el campo económico, a pesar de que Brasil afronta un crecimiento por encima de lo esperado y tiene un desempleo a la baja, la deuda pública que deja el Gobierno de Jair Bolsonaro es superior a la que recibió cuando asumió en el poder.
La deuda del país sudamericano se sitúa en el 77,6% del PIB, lo que podría convertirse en una bomba fiscal para el nuevo Gobierno.
El desempleo en Brasil, entre tanto, bajó al 9,1% entre mayo y junio de 2022. Sin embargo, el trabajo informal se ha elevado a los 13,1 millones de brasileros que representan el 39,8 % de la población activa.
Se calcula que alrededor de 33 millones de brasileños pasan hambre y 9,9 millones están desempleados. La emergencia alimentaria es más alta en el norte y noroeste del país.
En el plano ambiental el Gobierno de Bolsonaro ha sido duramente criticado por la falta de protección de la selva amazónica, la cual se profundizó alcanzando una deforestación histórica en los primeros meses del 2022.
El líder de izquierda, durante su campaña, prometió crear una política ambiental para proteger el Amazonas brasilero.