"El INE no se toca" fue el lema de miles de mexicanos que protestaron el pasado domingo 26 de febrero contra la reforma electoral que promueve el mandatario de la nación azteca, Andrés Manuel López Obrador.
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La iniciativa, denominada Plan B, hace parte de una serie de medidas aprobadas en el Senado que introducen cambios en el funcionamiento del Instituto Nacional Electoral, entre ellos una reestructuración de su composición, la reducción de su presupuesto y número de trabajadores, además del cierre de varias de sus oficinas locales.
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La oposición –conformada por varios partidos, a los que se han sumado también organizaciones de derechos civiles– cree que estos cambios limitarán la autonomía del INE y la fiabilidad de los próximos procesos electorales en el país, especialmente las presidenciales de 2024.
Por su parte, López Obrador, a pesar de la masiva presencia de mexicanos en las calles en contra de su reforma, desestimó en las últimas horas la movilización al señalar que “detrás está un grupo de corruptos que quiere volver al poder para seguir robando”.
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¿Tiene opciones AMLO de aprobar su reforma?
Tyler Mattiace, investigador de la división de las Américas de la organización Human Rights Watch analizó el tema en el programa Cuestión de Poder.