"No es una concentración del poder": experto analiza el futuro político de El Salvador luego de que se aprobara la reelección indefinida
Este lunes 4 de agosto, en el programa Ángulo de NTN24, se pone sobre la mesa el debate sobre la reelección indefinida de El Salvador.
Los legisladores de El Salvador abolieron los límites del mandato presidencial. Esto, bajo la premisa de que el jefe de Estado Nayib Bukele, quien ha colaborado en los esfuerzos de deportación del presidente Donald Trump y cuyo gobierno ha encarcelado a decenas de miles de personas en su ofensiva contra las pandillas, se presente a la reelección indefinidamente.
El gobernante salvadoreño se defiende con firmeza ante los que cuestionan su camino hacia lo que podría ser un tercer mandato consecutivo.
"90% de los países desarrollados permiten la reelección indefinida de su jefe de gobierno y nadie se inmuta (...) Pero cuando un país pequeño y pobre como El Salvador intenta hacer lo mismo, de repente es el fin de la democracia", manifestó Bukele.
Las preguntas que rodean este asunto son: ¿Es esto una consolidación del poder necesaria para mantener la estabilidad y el rumbo político?, ¿Estamos ante un preocupante retroceso democrático?, ¿Qué pasa cuando un presidente no quiere irse?, ¿Qué impacto tiene la reelección indefinida para el futuro institucional de El Salvador y para América Latina?
Para aclarar un poco el panorama sobre este tema, Misael Rivas, criminólogo, Roberto Villate, analista político, y Carlos Hoffman, consultor político, dialogaron en el canal de las Américas.
“No es una concentración del poder, porque eso está prohibido por todas las constituciones. En El Salvador los órganos son independientes entre sí, lo que allí no ha gustado es que no se han podido repartir las cabezas de los órganos. La democracia no ha muerto (en El Salvador), la democracia es escuchar al pueblo para que el pueblo sea el que decida”, mencionó Rivas.
Villate, por su parte, fundamentó: “La reelección indefinida la va a usar Bukele en beneficio o en perjuicio de la población salvadoreña. Lo que está sobre la mesa para los años futuros es si el señor Bukele va a continuar mejorando El Salvador, o entonces el autoritarismo le puede ingresar en la mente y se vuelva uno más como Chávez, Maduro, Daniel Ortega, o Fidel (Castro)”.
“Si se alinea pueblo y gobierno (en El Salvador) en una misma comunidad de interés, el objetivo de la democracia está bastante superado”, argumentó Hoffman.
La reforma sobre la reelección indefinida en El Salvador se realizó vía exprés el pasado jueves en la Asamblea Legislativa, donde Bukele cuenta con amplia mayoría.