Tras ser golpeado y trasladado a un hospital, familiares del preso político cubano José Daniel Ferrer exigen a Díaz-Canel una fe de vida
Tanto familiares como el grupo Directorio Democrático Cubano de Miami (EE.UU.) exigieron este jueves al régimen de Miguel Díaz-Cane una fe de vida del opositor cubano preso José Daniel Ferrer.
Esto, debido a que se dio a conocer que el disidente fue golpeado brutalmente en una prisión y tuvo que ser trasladado de emergencia a un hospital.
Según denunció el Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC), Ferrer fue golpeado en la prisión de Mar Verde, en la provincia de Santiago de Cuba, y trasladado de urgencia al hospital de la prisión de Boniato, en esta misma provincia.
Ante la situación, Brian A. Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, mostró su indignación.
“Hacemos un llamado al Gobierno de Cuba para que permita acceso inmediato de su familia y lo libere, junto con los cerca de 1.000 prisioneros políticos detenidos injustamente en Cuba”, escribió Nichols en su cuenta de X.
Ana Belkis, activista de DD.HH. y hermana de José Daniel Ferrer sostuvo frente a las cámaras de NTN24: “Ahora no sabemos cómo está mi hermano, porque no lo permiten dejar ver desde el primero de abril de este año, cuando lo vio su esposa por 2 minutos”.
“Dicen (los afectos del régimen) que solo lo van a dejar ver hoy a las 2 de la tarde a distancia, que se lo van a mostrar a la mujer, cosa que no tiene sentido y que va contra los derechos humanos”, añadió.
Por su parte, la esposa de Ferrer, Nelva Ismaray, acotó: “No es la primera vez que le dan una golpiza, lo han hecho hasta delante de nuestro hijo. Exigimos que nos den fe de vida, porque tenemos que ver en qué condiciones lo tienen”.
El 11 de julio de 2021, Ferrer y su hijo Daniel Ferrer Cantill, fueron detenidos por participar en protestas populares contra el castrismo.
Ferrer, que estaba en arresto domiciliario, fue trasladado a la cárcel de Mar Verde para cumplir el resto de la pena de cuatro años a la que fue condenado por corrupción en 2019.
Desde entonces, ha sido objeto de «malos tratos y violaciones» de las recomendaciones de la ONU sobre el trato de presos.