La Organización Mundial de la Salud se detalla que más de mil millones de personas en todo el mundo padecen trastornos de salud mental, un diagnóstico para el cual, dentro de los sistemas de salud, cuentan con poca inversión.
La entidad señala que para tratar esta enfermedad, la cual genera afectaciones considerables como la ansiedad y la depresión, trae consigo un impacto económico alto, teniendo en cuenta el costo de los tratamientos.
Situación ante la cual hace un llamado a la organización para que se realice una reforma a los servicios de salud mental a nivel mundial y que sea considerado como un derecho básico para toda la población.
Frente a este diagnóstico, que desconoce edad, grupo poblacional, país, ingresos poblacionales, es considerada como: “La segunda causa de discapacidad prolongada, afectando la calidad de vida, generando gastos en atención de salud para las personas y las familias afectadas”, según el informe revelado por la OMS, esto teniendo en cuenta que muchas personas no pueden recibir los tratamientos adecuados debido a la falta de recursos.
De acuerdo con el análisis “Salud mental mundial hoy”, los efectos de depresión y ansiedad productos de los trastornos de salud mental generan un impacto económico a nivel mundial muy alto: “alrededor de un billón de dólares estadounidenses al año”.
Esto es una situación que ha despertado preocupación, teniendo en cuenta que desde el año 2017 el presupuesto para la salud mental no supera el 2%, y que la atención a este diagnóstico varía según los ingresos de cada país, evidenciando una amplia diferencia, pues en los países de ingresos bajos solo un 10% tiene acceso a la atención, mientras que en los de ingresos más altos se estima que un 50% la tiene; evidencia una disparidad.
Ante esto, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, hace un llamado para que se garantice un servicio digno ante este diagnóstico.
“La transformación de los servicios de salud mental es uno de los desafíos más urgentes para la salud pública. Invertir en salud mental significa invertir en las personas, las sociedades y las economías (…) Todos los gobiernos y dirigentes tienen la responsabilidad de actuar con urgencia y garantizar que la atención a la salud mental no se considere un privilegio, sino un derecho básico para todos", señaló el dirigente.
Aunque se ha presentado un aumento en para la “disponibilidad de salud mental y telemedicina”, el informe de Altas de Salud Mental 2024, manifiesta que no se cumple con los objetivos establecidos dentro del Plan de Acción Integral Sobre Salud Mental liderado por la OMS.